Una nueva investigación de la Universidad de California, Berkeley, sugiere que una defensa contra esta forma de demencia, es el sueño reparador profundo. Cómo dormimos hoy puede pronosticar cuándo comienza la enfermedad de Alzheimer.

Los hallazgos publicados el 3 de septiembre, en la revista Current Biology muestran que los participantes que comenzaron a experimentar un sueño más fragmentado y menos movimientos oculares no rápidos (no REM) tenían más probabilidades de mostrar un aumento de beta-amiloide en el transcurso del estudio.

“En lugar de esperar a que alguien desarrolle demencia muchos años después, podemos evaluar cómo la calidad del sueño predice cambios en las placas de betaamiloide en múltiples momentos. Al hacerlo, podemos medir la rapidez con la que esta proteína tóxica se acumula en el cerebro con el tiempo, lo que puede indicar el comienzo de la enfermedad de Alzheimer”, dijo Joseph Winer, autor principal del estudio.