El impacto de COVID-19 en el hígado aún no ha sido investigado. La mayor parte de los estudios atribuyen la gravedad de esta enfermedad a sus complicaciones respiratorias.

Dipesh Kumar Yadav y colaboradores realizaron un metaanálisis para estimar el pronóstico de los pacientes con COVID-19 estratificados según la lesión hepática.(1) Incluyó nueve estudios con un total de 2115 pacientes.

Los estudios publicados sobre COVID-19 han demostrado que un 37,2% a 76,3% de los pacientes tienen anormalidades en la función hepática. Además, los pacientes con COVID-19 con enfermedad hepática crónica (CLD, chronic liver disease) podrían desarrollar descompensaciones hepáticas como resultado de una respuesta inflamatoria sistémica inducida por COVID-19. Los autores encontraron que la prevalencia de CLD fue del 4% entre los pacientes con COVID-19, siendo cirrosis y hepatitis B las más comunes. Del mismo modo, la incidencia de lesión hepática fue del 27%. Cabe destacar que los pacientes mayores con COVID-19 tenían un mayor riesgo de lesión hepática.

Ilustración 1: Forest plot con prevalencia de lesión hepática en pacientes con COVID-19.(1)

La función hepática anormal en estos pacientes es posiblemente multifactorial: lesión hepática inducida por fármacos (DILI, drug-induced liver injury), repercusión del SARS-CoV-2 en el hígado e inflamación cruzada en cuadros agudos. En general, 7.14% –64.15% de los pacientes con COVID-19 aumentaron los niveles de aspartato-aminotransferasa (AST), alanina-aminotransferasa (ALT), gamma-glutamiltransferasa (GGT) y bilirrubina total.

La mayoría de los pacientes con COVID-19 tuvieron una reducción notable en los recuentos de CD4 y CD8. Los pacientes graves mostraron un aumento en los marcadores inflamatorios, como interleucina-6, velocidad de sedimentación globular (ESR, erythrocyte sedimentation rate), dímero D, ferritina, recuentos de neutrófilos y proteína C reactiva (PCR), lo que sugiere una «tormenta de citoquinas«.

Al mismo tiempo, el metaanálisis mostró un recuento absoluto de linfocitos significativamente menor y una velocidad de sedimentación globular más alta en el grupo con lesión hepática, en comparación con el grupo sin lesión hepática. Sin embargo, no se observaron diferencias notables en el PCR y en el recuento absoluto de neutrófilos entre los dos grupos.

La lesión hepática inducida por fármacos (DILI) no debe pasarse por alto en pacientes con COVID-19. Cai y colaboradores encontraron que el uso de lopinavir/ritonavir se asoció con la lesión hepática de manera estadísticamente significativa. (2) Sin embargo, Fan et al no encontraron ninguna diferencia en la prevalencia de lesión hepática entre pacientes con y sin la administración de estos medicamentos. (3) El metaanalisis de Dipesh Kumar Yadav y colaboradores (1) encontró que el grupo con lesión hepática tuvo una administración considerablemente mayor de lopinavir/ritonavir que el grupo sin daño hepático (OR: 4,15; IC del 95%: 2,36 a 7,29, p <0,00001). No se observó diferencia estadísticamente significativa con otros medicamentos.

A su vez, los pacientes con COVID-19 y daño hepático, tuvieron una enfermedad más grave (OR: 2.57, IC 95% 1.25 a 5.26, p = 0.01) y una mayor mortalidad (OR: 1.66, IC 95%: 1.04 a 2.64, p = 0.03) (Ver Ilustración 2). Sin embargo, la duración de la estadía hospitalaria no fue significativamente diferente entre los grupos. La tasa de severidad y mortalidad en pacientes con COVID-19 y daño hepático fue 53,5% y 23,5%, respectivamente.

Ilustración 2: Forest plot sobre el pronóstico de pacientes con COVID-19 con daño hepático (1)

Referencia:

1. Yadav DK, Singh A, Zhang Q, et al. Involvement of liver in COVID-19: systematic review and meta-analysis. Gut Published Online First: 15 July 2020.
doi:10.1136/gutjnl-2020-322072

2. Cai Q, Huang D, Yu H, et al. COVID-19: abnormal liver function tests. J Hepatol 2020;S0168-8278

3. Fan Z, Chen L, Li J, et al. Clinical features of COVID-19-Related liver functional abnormal-ity. Clin Gastroenterol Hepatol 2020;18:1561–6.

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