Las enfermedades autoinmunes, caracterizadas por una respuesta inflamatoria a los propios tejidos, son la tercera causa principal de morbilidad en el mundo industrializado y una de las principales causas de mortalidad entre las mujeres. Estas enfermedades son afecciones crónicas con una prevalencia creciente con la edad y una gran carga social y económica debido a la falta de tratamientos efectivos.

La vitamina D regula una amplia gama de genes involucrados en la inflamación, la inmunidad y se ha asociado de manera inconsistente con un riesgo reducido de varias enfermedades autoinmunes en estudios observacionales. Los ácidos grasos omega 3 de cadena larga de origen marino en la dieta, disminuyen la inflamación sistémica y mejoran los síntomas en algunas enfermedades autoinmunes.

En línea con esto, un estudio publicado en enero del 2022 realizado en Estado Unidos por Hahn Jill y colaboradores tuvo como objetivo investigar si la vitamina D y los ácidos grasos omega 3 de cadena larga de origen marino reducen el riesgo de enfermedades autoinmunes (ensayo controlado aleatorizado VITAL). Fue un ensayo nacional, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo en donde se inscribieron 25.871 participantes, de los cuales 12.786 eran hombres ≥50 años y 13.085 mujeres ≥55 años (edad media fue de 67,1 años).

Los pacientes fueron tratados durante 5 años con vitamina D (2000 UI/día) o placebo, con ácidos grasos omega 3 (1000 mg/día) o placebo, con los placebos de ambos activos (grupo de referencia) o con la combinación de vitamina D y ácidos grasos omega 3. Se utilizaron modelos de riesgos proporcionales de Cox para probar los efectos de la vitamina D y los ácidos grasos omega 3 en la incidencia de enfermedades autoinmunes. El criterio principal de valoración fueron todas las enfermedades autoinmunes incidentes confirmadas por revisión de registros médicos: artritis reumatoide, polimialgia reumática, enfermedad tiroidea autoinmune, psoriasis, entre otras.

Los resultados mostraron que para el brazo de vitamina D, 123 participantes en el grupo de tratamiento y 155 en el grupo de placebo tenían una enfermedad autoinmune confirmada y que en el brazo de ácidos grasos omega 3, 130 participantes en el grupo de tratamiento y 148 en el grupo de placebo tenían una enfermedad autoinmune confirmada.

Figura 1. Tasas de incidencia acumulada de enfermedades autoinmunes totales en el ensayo VITAL (vitamina D y omega 3). Los índices de riesgo provienen de modelos de Cox controlados por edad, sexo, raza y grupo de aleatorización en el brazo opuesto del ensayo.

Por el otro lado, en comparación con el grupo de referencia (placebo de vitamina D + placebo de ácidos grasos omega 3; 88 con enfermedad autoinmune confirmada), 63 participantes que recibieron vitamina D + ácidos grasos omega 3, 60 que recibieron solo vitamina D y 67 que recibieron solo ácidos grasos omega 3, tenían enfermedad autoinmune confirmada. Por lo tanto, la suplementación con vitamina D con o sin ácidos grasos omega 3 redujo la enfermedad autoinmune en un 22 %, mientras que la suplementación con ácidos grasos omega 3 con o sin vitamina D redujo la tasa de enfermedad autoinmune en un 15 %. Ambos brazos de tratamiento mostraron efectos mayores que el brazo de referencia (placebo de vitamina D y placebo de ácidos grasos omega 3).

En conclusión, este ensayo de adultos mayores en los Estados Unidos encontró que la suplementación con vitamina D y ácidos grasos omega 3 durante cinco años redujo la incidencia de enfermedades autoinmunes en comparación con la ausencia de suplementos. Este ensayo tiene alta importancia clínica porque estos son suplementos no tóxicos bien tolerados y faltan otros tratamientos efectivos para reducir la incidencia de enfermedades autoinmunes.

Vea el articulo completo en: https://www.bmj.com/content/376/bmj-2021-066452