En el marco del Latam Virtual Summit Inmunidad Eje Terapéutico del Siglo XXI organizado por Megalabs tuvimos el privilegio de contar con la participación en vivo de forma exclusiva del Dr. Juan Miguel Abdo, experto en Endoscopía Digestiva. Cuenta con más de 35 años de experiencia siendo un destacado Gastroenterólogo en diversas instituciones de prestigio como el Hospital Ángeles Acoxpa. Ha sido autor de múltiples publicaciones especializadas en Gastroenterología entre las que se destacan «Endoscopía Terapéutica» y «Patología Anorrectal», entre otras.

La microbiota del tracto digestivo humano es responsable de funciones sumamente importantes para la salud del huésped que lo alberga, conteniendo el 95% de las bacterias que viven dentro del cuerpo humano. La microbiota intestinal que se adquiere en el canal del parto, la cual se fortifica durante la lactancia y se diversifica a lo largo de la vida, depende del genotipo del huésped, el medio ambiente y la dieta. Es así, que nacemos con una microbiota única, similar a una huella dactilar, no compartiéndola con nadie más, que luego en la vida se altera por condiciones cognitivas como el estrés, el miedo y la ansiedad, el ejercicio, el medio ambiente, el consumo de fármacos, la interacción social y aspectos fundamentales como la genética o epigenética y la alimentación.

“La microbiota materna le otorga una huella digital al bebe, una huella única, nadie comparte una microbiota similar, pero durante la vida la genética, epigenética y la alimentación pueden modificarla, y es aquí donde probióticos y prebióticos juegan un rol fundamental”.

En condiciones normales, la microbiota está en equilibrio y presenta al menos tres grandes beneficios: resistencia a la colonización, inmunomodulación (ya que el 80% de la inmunidad total depende del intestino) y aporte nutricional. Sin embargo, algunos factores pueden alterar el equilibrio poblacional de esta microbiota, produciendo un cambio en la composición de las comunidades bacterianas habituales y en consecuencia, haciendo que el huésped sea más susceptible a ciertas enfermedades, incluidos varios trastornos autoinmunes.

Entre los factores más conocidos en interferir con la microbiota, se pueden mencionar el uso de antibióticos, los cambios en la dieta y el estilo de vida. Estas situaciones y la necesidad de restaurar los efectos beneficiosos de la microbiota o compensar sus fallas, es lo que llevó al desarrollo de técnicas de intervención en el ecosistema gastrointestinal, como es el uso de probióticos.

Los probióticos se definen como preparaciones farmacéuticas que contienen uno o más microorganismos vivos, que cuando se ingieren a cantidades adecuadas, ofrecen algún beneficio al ecosistema digestivo del huésped. Entre otras cosas, los probióticos inducen la producción de diferentes citocinas o quimiocinas, estimulan el sistema inmunológico aumentando la secreción de IgA, tanto a nivel local como sistémico.

Debido a sus fuertes efectos modulares sobre la microbiota del huésped, los probióticos son buenos candidato para la prevención y/o tratamiento de enfermedades. Se ha estudiado el potencial terapéutico de varias cepas de probióticos, solas o combinadas, en diversas enfermedades y en muchos casos los resultados son prometedores. Muchos de losensayos clínicos fueron realizados en pacientes en los cuales la homeostasis intestinal se había perdido, debido a patologías tales como diarrea infecciosa, diarrea asociada al uso de antibióticos, diarrea del viajero, síndrome del intestino irritable, enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa, pouchin, colitis diverticular), enfermedad celiaca, enfermedad por reflujo gastroesofágico, intolerancia a la lactosa, o debido al tratamiento concomitantes con antibióticos o inhibidores de la bomba de protones, entre otros.

Entre los probióticos más estudiados y comercializados hasta el momento se encuentran: cepas de bacilos de ácido láctico (Lactobacillus y Bifidobacterium), una cepa no patogénica de Escherichia coli (E. coli Nissle 1917), Clostridium butyricum, Streptococcus salivarius, Saccharomyces boulardil, y una combinación de Bifidobacterium breve, B longum, B infantis, Lactobaciullus acidophilus, L plantarum, L paracasei, L bulgaricus, Streprococcus thermophilus. También se encuentran en desarrollo cepas bacterianas que han sido modificadas genéticamente para secretar inmunomoduladores que tienen el potencial de influir favorablemente en el sistema inmunológico.

El objetivo de la suplementación con probióticos es entonces la recolonización microbiológica intestinal, la cual tiene un efecto antiinflamatorio, mejora la respuesta inmunológica, produce antibióticos propios y elimina las bacterias patógenas.

Debido a que cada probiótico tiene mecanismos de acción específicos, entre los cuales se destacan la producción de sustancias que inhiben o eliminan a los microorganismos patógenos, la estimulación del sistema inmune, la competencia con microorganismos patógenos por sitio de adhesión o fuente nutricional y/o inhibición de la producción o acción de toxinas bacterianas, es de suma importancia la selección de él o los probióticos adecuados para lograr una óptima respuesta terapéutica.