La gran preocupación planteada por la pandemia de SARS-CoV2 sobre la gestión de la salud pública y el impacto social sigue siendo objeto de debate, particularmente porque el COVID-19 puede afectar a los pacientes infectados mucho más tiempo de lo esperado por una típica enfermedad viral.

La comunidad científica se pregunta acerca de la etiopatogenia y el desarrollo clínico de esta sintomatología compleja que se engloba bajo el nombre de Síndrome post-COVID.
El Síndrome post-COVID muestra síntomas, tales como afecciones gastrointestinales, fatiga crónica, migraña intensa y “niebla mental” conocido también como “Brain Fog”, recordando perfectamente los síntomas manifestados por los pacientes que sufren de síndrome de fatiga crónica y de la encefalomielitis miálgica (SFC/EM).

Un número significativo de pacientes después de su recuperación siguen teniendo síntomas al menos tres meses después de la aparición de COVID-19, incluso si se repiten las pruebas moleculares ya no muestran SARS-CoV2 en los hisopados. Los síntomas más comunes como se mencionó anteriormente son agotamiento, dolor generalizado, dificultad para respirar, deterioro cognitivo, incapacidad para hacer ejercicio, dolores de cabeza e interrupción del sueño. Como el COVID-19 es una enfermedad nueva y desconcertante, no contamos con información suficiente para sobre cómo manejar el Síndrome post-COVID. Además, hasta el momento no es posible pronosticar quién desarrollará este Síndrome.

Hasta la fecha, la gravedad no parece estar correlacionados con la naturaleza y extensión de los síntomas durante la fase aguda de la infección por SARS-CoV2. Por lo tanto, incluso los sujetos que sólo han presentados formas leves o moderadas de COVID-19, puede desarrollar un Síndrome post-COVID, mientras que los pacientes que en cambio se vieron afectados por la forma grave de la enfermedad pueden volver a la normalidad en unos dos meses.

El síndrome post-COVID con los síntomas antes mencionados, es aún más probable que ocurra en personas mayores 50 años, es decir, individuos con comorbilidad (dos o tres enfermedades crónicas) y personas que han experimentado formas graves de COVID-19. Si bien no hay una definición ortodoxa de lo que se conoce como Síndrome post- COVID, una posible definición puede venir de la observación de pacientes que han sido diagnosticado con SARS-CoV2.

Fundamentalmente, podemos caracterizar dos cohortes de los pacientes que han sido afectados por el síndrome post-COVID: a) un primer grupo que experimentó algún tipo de daño en los pulmones, el corazón, hígado, riñones o cerebro, que no sabemos si será permanente o si se resolverá con el tiempo; b) personas que continúan experimentando síntomas debilitantes como agotamiento, fatiga, incluso después de un esfuerzo pequeño o moderado, brain fog, dolor muscular y articular y cuadro seudogripal crónico, incluso sin evidencia directa de daño a los órganos, especialmente a los pulmones. La evidencia que el SARS-CoV2 se dirige a los epitelios que expresan los receptores ACE2
puede explicar la implicación orgánico-sistémica del síndrome post-COVID.

Un tratamiento, desarrollado dentro de la Sociedad Italiana de Oxígeno Ozonoterapia
(SIOOT) utiliza la terapia de oxígeno-ozono para COVID-19 lo cual proporcionó evidencia alentadora en numerosos pacientes que sufren de SFC/EM. El ozono puede actuar como un sintonizador maestro de la respuesta inmune y, por lo tanto, puede ser útil también en el tratamiento del Síndrome post- COVID-19.

Las secuelas clínicas del síndrome post-COVID-19 todavía están surgiendo y, por lo tanto, deben ser
estudiadas en profundidad. Sin duda es un problema médico de gran impacto en la población.

Artículo disponible en: https://www.europeanreview.org/article/26154