Los gases y las partículas diminutas pueden viajar profundamente a los pulmones, ingresar al torrente sanguíneo y dañar las células.

Mucho ha cambiado en la comprensión de los científicos sobre estos riesgos para la salud en los últimos años. Es por eso que la OMS ajustó sus límites recomendados para casi todos los contaminantes. Las nuevas pautas de calidad del aire global reflejan un consenso científico abrumador de que los países deben limitar de manera más agresiva la contaminación del aire y proteger la salud de todos
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/345329/9789240034228-eng.pdf?sequence=1&isAllowed=y

La OMS redujo a la mitad su límite recomendado de exposición a PM2.5, partículas diminutas comúnmente producidas por automóviles, camiones y aviones y un componente importante del humo de los incendios forestales, reduciendo la exposición máxima promedio de 10 microgramos por metro cúbico por año a 5.

También endureció los límites para los contaminantes atmosféricos gaseosos, como el dióxido de nitrógeno, que se producen cuando los vehículos y las centrales eléctricas queman combustibles fósiles. Ahora recomienda limitar el dióxido de nitrógeno a una cuarta parte del nivel anterior, de 40 a 10 microgramos por metro cúbico.

Reducir los niveles de PM2.5 en 5 microgramos por metro cúbico por año podría resultar en importantes beneficios para la salud.

Cada aumento de 5 microgramos por metro cúbico en la exposición a PM2.5 durante el embarazo se asocia con un aumento del 4% en la probabilidad de tener un bebé con bajo peso al nacer.

En la edad adulta se asocia con un aumento del 13% en la probabilidad de eventos cardíacos, un aumento del 4% en la probabilidad de cáncer de pulmón y más del doble de probabilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer.