“La depresión es un trastorno mental común que afecta a 1 de cada 8 hombres cada año, especialmente a los adultos jóvenes», afirman la candidata al doctorado de la Universidad Tecnológica de Sydney, Jessica Bayes, y sus colegas.

Para evaluar el efecto de la dieta mediterránea en el tratamiento de la depresión en hombres jóvenes (18-25 años), los investigadores llevaron a cabo un ensayo de control aleatorizado de 12 semanas, de grupos paralelos y abierto.

Un total de 72 participantes completaron el estudio. Se eligió la terapia Befriending para el grupo de control. Las evaluaciones se realizaron al inicio, en la semana 6 y en la 12.

La adherencia a la dieta se midió con la Puntuación de Adherencia Mediterránea (MEDAS). La medida de resultado primaria fue la Beck “Depression Inventory Scale” (BDI-II) y la medida de resultado secundaria fue la Calidad de Vida (QoL).

Después de 12 semanas, las puntuaciones del MEDAS fueron significativamente más altas en el grupo de la dieta mediterránea en comparación con el grupo de Befriending.

Los cambios medios en las puntuaciones del BDI-II y de la calidad de vida también fueron significativamente mayores en el grupo de la dieta en comparación con el grupo Befriending en la semana 12.

Los asignados a la dieta mediterránea fueron capaces de cambiar significativamente sus dietas originales, bajo la guía de un nutricionista, en un corto período de tiempo.

Esto sugiere que los médicos y psicólogos deberían considerar la posibilidad de remitir a los jóvenes deprimidos a un nutricionista o dietista como un componente importante del tratamiento de la depresión clínica.

La dieta utilizada en el estudio era rica en verduras de colores, legumbres y cereales integrales, pescado azul, aceite de oliva y frutos secos crudos y sin sal.

“El objetivo principal era aumentar la calidad de la dieta con alimentos frescos e integrales al mismo tiempo que se reducía la ingesta de comidas «rápidas», azúcar y carne roja procesada», dijo Bayes.

Hay muchas razones por las que científicamente se cree que la comida afecta al estado de ánimo. Por ejemplo, alrededor del 90% de la serotonina, una sustancia química que nos ayuda a sentirnos felices, es producida en nuestro intestino por la microbiota intestinal. Hay pruebas emergentes de que estos microbios pueden comunicarse con el cerebro a través del nervio vago, en lo que se llama el eje intestino-cerebro. Para tener microbiota beneficiosa necesitamos alimentarlos con fibra, que se encuentra en las legumbres, frutas y verduras.

Referencia:
Bayes J, Schloss J, Sibbritt D. The effect of a Mediterranean diet on the symptoms of depression in young males (the «AMMEND» study): A Randomized Control Trial. Am J Clin Nutr. 2022 Apr 20:nqac106. doi: 10.1093/ajcn/nqac106. Epub ahead of print. PMID: 35441666.
DOI: 10.1093/ajcn/nqac106
Link: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35441666/