Hasta la aparición del coronavirus, la investigación en miedos en personas mayores se había centrado en los siguientes tres grandes temas:

  • Miedo a las caídas
  • Miedo a tener una demencia
  • Miedo al propio proceso de envejecer

Estos tres miedos tienen algo en común: nos hablan del temor a ser dependientes, a la pérdida de la salud y a la muerte. Ahora, con el Covid-19 se amplifican y tiene un aspecto que destaca frente al resto.

A los hijos, nietos, etc. les preocupa que una persona mayor de su entorno se infecte y pueda morir debido a ello. Esto lleva a situaciones de #sobreprotección y #paternalismo, es decir, a tomar decisiones sobre la vida y salud de la propia persona mayor.

Por ejemplo, cada vez que le hablamos y le recomendamos que no salga o que se proteja, aumenta aún más su sensación de vulnerabilidad y miedo. Ese paternalismo limita que puedan tomar sus propias decisiones y que, con las medidas sanitarias establecidas, puedan continuar con sus actividades y contactos sociales más significativos.

Debemos aprender a convivir con la pandemia y buscar alternativas que eviten la soledad de las personas mayores y mantengan su salud y calidad de vida el máximo tiempo posible